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Mostrando las entradas de mayo, 2024

иαοмι

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Ⓝoviembre te vió nacer en medio de un mar de incertidumbre, había temor por los cambios que vendrían pero también había alegría porque pronto llegarías. 🅐l conocer tu rostro y sentir tu cuerpecito pegado al mío mis ojos se llenaron de mil emociones imposibles de explicar y muy difíciles de contener. Ⓞtoño floreció cuando te tuve entre mis brazos, entonces comprendí que sería tu guía y la fiel guardiana de tus pasos. 🅜e perdí en tu fragilidad sabía que viviría tan sólo para protegerte pero también, para hacerte fuerte. Ⓘmposible no amar tu alma traviesa y bella, deseo que la vida te bendiga, que te trate con cariño y que nunca dejes de ser mi lucesita que tanto brilla. Dalia Hernández Derechos reservados Noviembre 2019 ❤️

Hermandad Literaria

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Al leer los textos de mis hermanos de letras me envuelvo en sus sentimientos, me atrapan en sus historias y me gusta compartir  por si alguien más se siente como ellos. Porque un poeta humilde no busca sobresalir  minimizando al que recién comienza, por el contrario, si está en sus manos lo impulsa a crecer, lo motiva,  si puede lo asesora y lo ayuda a compartir  sus sentimientos plasmados en letras. Es bonito saber  que puedes contar con una familia libre de envidias y egos, pues considero que la poesía es para eso... para unificar y no para dividir, para colaborar a integrar un mundo mejor y no para rivalizar o para destruir. La poesía es amar, es desprenderse  un momento del propio ego y admirar sin envidiar, es compartir sin interés es ver a través de los ojos ajenos y poner los zapatos de los otros en tus pies. Hoy quiero hacer una poesía tejida con versos libres que puedan viajar por el mundo y lleguen a las mentes, sin límites, y poder cuidar las letras ajenas compartiendo tambi

Hay un tiempo para todo...

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Existe un tiempo para reír hasta de las cosas más insignificantes, hay un tiempo para ver el amanecer, mirar hacia el cielo y agradecer a quien tú quieras, en quien tú creas, por este instante al que llamamos "vida", por ser y por estar aquí y ahora. Hay un tiempo para perderse en el horizonte, disfrutar de la noche y contemplar las estrellas, meditar sobre nuestro camino a seguir, nuestros proyectos, nuestras metas... o simplemente recostarse en el pasto, cerrar los ojos y dejarse fluir. Hay un tiempo para disfrutar de la música y ¿por qué no?, también para estar atentos a los sonidos de la naturaleza, de las aves, del viento moviendo los árboles, de la lluvia, o hasta esos ruidos cotidianos que tiene la ciudad. Hay un tiempo para convivir, para disfrutar de la familia sea grande o pequeña. Hay un tiempo para dialogar, incluso para debatir pero no con la intención de agredir, sino de llegar al punto de retroalimentación y aprendizaje con aquellos que difieren de nuestra form

Confesiones de una adicta

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Confieso que era adicta... Fui adicta a la soledad y a la melancolía, era adicta a ese sentimiento de vivir en eterna agonía. La sensación de tristeza me hacía acariciar a la demencia y entonces me lanzaba a mares de agua salada  sin saber nadar... como un objeto a la deriva. No me sentía viva ni siquiera me sentía humana, era más bien un objeto inanimado que a pesar de tener ojos no veía y a pesar de poder respirar lo hacía de forma mecánica, y caminaba... como un robot  de movimientos pre instalados y poco... pero hablaba de vez en cuando con otros "humanos". Era adicta a sentir dolor, en cierto modo esa era mi felicidad porque no conocía otra forma. Y fui necia, y fui cobarde... y me hice la víctima y también eché culpas que no quería asumir como mías. Era adicta, sí, hasta que decidí salir y hacer cosas diferentes, conocer nuevos sentimientos que no fueran tristes ni dolientes ¿y por qué no? conocer a otras gentes y aprender de ellos, y me salieron alas... y se expandió m

Los celos

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Los celos son traviesos, se divierten a costa mía poniendo dudas en mi cabeza, imágenes que no existen, escenas de fantasía. Puedo estar loca o rayar en la paranoia que siento celos hasta de la luna que llega a tu ventana cada noche, estando allí, pendiente de tu sueño porque es la que cuida de tus horas. Todo empeora cuando siento celos de las flores, bellas... todas distintas de diferentes aromas y colores, y yo que no tengo brillo, que tengo un sólo color  y es el de la nostalgia... Entonces me oculto, lloro y me aflijo porque quiero ser de tus ojos tu atención, tu consuelo y tu alivio. A veces me siento morir si alguien diferente a mí te parece agradable, sé que es egoísta mi sentir pero sólo tengo ojos para ti, eres tan especial que odiaría tener que dejarte ir, dolería en brazos de otra, verte, comprende... mis celos son solamente el gran temor que tengo de haberte encontrado para después, perderte... Dalia Hernández   Derechos reservados  2018

Es de soledad

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Es de soledad este camino, esperando lo que nunca parece llegar, persiguiendo aquello que huye de mí, buscando aquello que no he de encontrar. Es de soledad este cansado cuerpo, estos ojos, que miran a lo lejos, totalmente arenosos y desiertos, y estos labios carentes de besos. Es de soledad esta alma que vaga triste, sin calma, sin un abrazo cálido, sin un rumbo que guíe estos cansados pasos. Luna... ella también se ha marchado, no hay brisa, no hay paz, sólo un camino de oscuridad, sólo un mar de dudas y tormentos... Dalia Hernández Derechos reservados  2024

Carta a mi guerrera feliz

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Te conocí cuando tenías a penas el tamaño de una semilla ¡Ese fue el día más feliz! Ya estabas dentro de mí. Poco a poco crecerías... te amé desde el instante que supe que estarías por siempre junto a mí, unidas por un lazo irrompible, inquebrantable... eterno. Aunque tuvimos días complicados  al grado que pensé que querías darte por vencida. Yo te cantaba, te alentaba a no abandonar la lucha, te contaba historias, te hablaba sobre las cosas hermosas que aún no conocías. Poco a poco, con esfuerzo a mi vientre te fuiste aferrando, abrazandote a la vida, tomaste mis esperanzas y crecieron conforme tú crecías. Tuve miedo de perderte, también temía no poder cuidarte o ser para ti un mal ejemplo. No fue tarea nada fácil llevar una vida en mi vientre, pero hoy, orgullosa puedo decir ¡Que lo logramos! Cambiste mi vida, abriste tus ojitos  y me regalaste la sonrisa más hermosa con tus lindos labios de pétalos de rosa, a mi vida le diste al fin rumbo y sentido. Siempre estaré contigo para impul

Meditabunda

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Quiero recordar los momentos bonitos que viví a tu lado, pero por alguna razón solamente me llegan los malos, los que dolieron, los que dejaron heridas e inseguridad. Quiero recordar cuando todo comenzó, pero incluso nuestro inicio estuvo tan plagado de mentiras... de traiciones, que no logro capturar alguna imagen linda de nosotros que sea digna de recordar. Sé que nadie me obligó a estar contigo, que yo así lo decidí... y tratando de rescatar algo bueno de lo malo que viví, diré que la experiencia me sirvió de aprendizaje, para saber lo que ya nunca más volveré a permitir. Pero no hay recuerdos buenos... ni siquiera el día que di el sí, siempre fuiste tan ajeno a todo... a mí, a mi mundo, nunca quisiste ser parte de él, siempre buscando excusas, evadiéndome, evitándome, inorándome, y yo tan ciega que no quise darme cuenta. Tuvimos una historia que pudo haberse evitado mucho antes a su fatídico fin, pero fuimos tontos y necios, nos hicimos distantemente dependientes y lógicamente nos

Cosas que no "dijiste", pero me hiciste saber

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  Aburrida... sin tema de conversación... ¿Acaso alguna vez te interesó genuinamente alguna de mis aficiones?  Que no entendía de chistes,  lo que pasa es que no comprendiste  que es ácido y oscuro mi humor.  Que mi música no era de tu agrado y todo por gustarme el rock... que nunca me vestía a la moda  ni usaba tacones, que no me maquillaba... eran tantos mis defectos a tus ojos  que tarde comprendí  que el problema no era yo.  Poco te faltó para llamarme "loca" Y mi débil mente en aquellos años  casi te lo creyó... vacíe mis ojos y mis años a tu lado  que la vida casi se me consumió tratando de ser la persona que tú querías, esa que no era yo.  Querías reinventarme del peor modo, uno que fuese acorde a tu condición... para mí tampoco fuiste del agrado, aguanté por tonta, porque quise, porque eso de ningún modo era amor. Buscaste que fuera lo contrario  de lo que un día conociste, que fuera hueca, plástica, superficial... no valoraste mi forma de ser y de pensar y todo porqu

Días que mi mente está en mi contra

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Hay días que extraño mi ingenuidad... Quisiera poder andar por la vida  confiando a ciegas,  dando amor a manos llenas  sin a cambio nada esperar.  Duele despertar, lastima el mundo real. Antes no sabía de maldad  y hoy no sé de quién la traición esperar. No hay nada eterno y lo mutuo es complicado, el amor es complejo  pero también delicado. Dulce ingenuidad  que me inducía  a nunca indagar, nunca cuestionar, sumida en el conformismo mental. Frustración y desesperación  son mi almohada y mi cobijo, ¿qué hice mal? ¿En qué fallé? ¿por qué mi mente se ensaña conmigo? Hoy dudo de todos y de todo, es un martirio sobrepensar, mantener la calma  y con la vista en alto, continuar como si nada pasara... Dalia Hernández  Derechos reservados 2023

Momentos de fragilidad

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Mi mundo se cae a pedazos  mientras mi realidad  se desmorona frente a mis ojos.   Hay gente a mi alrededor  pero sigo estando sola,  siguen atacando mis sentimientos  como si la tristeza me estuviera prohibida. No necesito que me agredan  ni que me den sermones,  un simple abrazo  y que me dejaran llorar en su hombro habrían bastado . Pero buscamos lo que no existe,  lo que no se puede,  buscamos llenar esas carencias  de cariño y de seguridad  en personas que sólo buscan nuestra luz pero aborrecen nuestra oscuridad.  Hay personas que dicen amarte  pero no lo hacen realmente  pues rechazan tu fragilidad.  Es un camino turbio el de los románticos,  esos que idealizamos el amor  de la forma más suicida... Porque nos entregamos  pero casi nunca nos aman por igual.  En el camino ya no busco quien me cure, pero sí agradecería  que no me sigan  hiriendo más.  Dalia Hernández  Derechos reservados 2023

Falsas promesas

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Se te olvida que frecuentemente me repites que siempre vas a cuidar de mí, que siempre tendré  un beso tuyo al despertar y otro antes de ir a dormir. Se te olvida cuando me dices que te gusta verme reír porque así es como sabes que soy realmente feliz. Se te olvida cuando dices que me extrañas, cuando según tú, te sientes triste al estar lejos de mí. Se te olvidan tantas cosas cuando tú, dejas de ser tú, para convertirte en ese malvado extraño que vive dentro de ti. Mientras tanto, yo... me estoy aburriendo de este juego. Un día o dos me das tu amor a manos llenas y en el momento cúspide de la nada me sueltas, de la nada me avientas sin protección, al precipicio. Ya nadie toma en serio las promesas. Dalia Hernández © Derechos reservados 2023

Soy una mujer

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Si tú me lo permites, aún con mis temores... me entregaré a ti sin reservas, sin complejos, sin condiciones. Porque quiero habitar  en cada poro de tu piel canela,  resbalar mis manos por tu cabello y detenerme en tu cuello, besarte tierno... lento. Quiero morder tus labios....  beberme esa boca color ciruela como si no hubiera mañana, como si la conciencia no existiera. Quiero ser parte de tus excesos, de tus delirios, de tus demencias, perderme en el fuego de tus caderas entre la sutileza de la ternura y la fuerza de la pasión. Llévame al paraíso  prohibido de tus deseos entra en mi mente, posee mi carne y hurta de mi boca todos los besos, besos tuyos con sed de ti. Debo decir que sí,  que es verdad que enciendes mi chispa, que provocas el fuego en mi alma fría. Porque soy una mujer... y también deseo. Dalia Hernández   © Derechos reservados 2018 

¿Jugamos?

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¡Atrévete! sal de tu guarida, te esperaré esta noche sin interrupciones, sin prisas, verás que bajo mi traje de timidez hay una mujer intrépida, atrevida. Tú no conoces  mi mirada de lujuria,  solamente te has reflejado en mis ojos de enamorada... de ternura. Tú no conoces  mi boca traviesa, como una fresa que te muerde y a su vez degusta tu boca lento y cada vez más fuerte. Tú no conoces mi lengua que viaja lentamente hasta llegar a tu cuello  mientras mis manos investigan más abajo... siguiendo tu cuerpo, disfrutando cada parte de ti, como mi chocolate anhelado, como mi caramelo perfecto. ¡Atrévete! Esta noche te quiero enamorar,  portarme mal hasta hacer  que siempre pidas más, quiero por tu cuerpo pasear  y repasar tu piel de arriba a abajo, sin dejar algún centímetro por explorar. ¡Atrévete! Mira y admira mi cuerpo, piérdete de lujuria en él, por completo, te diría que no muerdo... pero mentiría, sólo de pensarte siento morir de deseo. ¿Qué dices? ¿Nos apagamos estas mutuas ganas,

Nula autoestima

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Si algún día pudiera inspirar amor... probablemente sería más feliz, no sentiría este maldito miedo de entregar completo el corazón. Si algún día pudiera  sentir amor propio más que inspirarlo a terceros... seguramente poco me importaría que me amaran o no... Dalia Hernández  © Derechos reservados  2017

Soneto para ti

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Prendada del dulce amor en tu mirar  entraste poco a poco en mis sentidos,  te volviste el tic tac de mis latidos  tú, mi inspiración inmensa como el mar.  Caí presa de tu embrujo al hablar  despertando mis sentidos dormidos,  reconstruiste mis sueños derruidos,  suspiros... lo que nadie pudo lograr.  Amé de tus palabras la elocuencia  tú me convertiste en nefelibata  miro de noche tu luminiscencia.  Cierro mis ojos, siento tu presencia,  eres verso en mi poesía novata  sin ti, sufro de inspiración carencia.  Dalia Hernández   © Derechos reservados  2018 

Cuando te enamores de una mujer rota

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Cuando te enamores de una mujer rota debes esforzarte el triple... Pues ella ya ha entregado el corazón y le han fallado tantas veces que le es difícil volver a confiar  y creer en alguien más. A una mujer rota ya le han mentido, la han engañado de una y mil maneras, también le han hecho promesas  que nunca se han cumplido y le han contado tantos cuentos  que no soportará otra mentira ni otra falta de respeto. Se cansó de dar sin nada que esperar, se hizo aliada de la soledad, decidió caminar siempre hacia adelante con la vista en alto, sin mirar atrás guardando sus lágrimas en el fondo del mar. Así que, cuando te enamores de una mujer rota debes asegurarte de hacerla feliz cada día,  de no provocar el llanto de sus ojos, de no romper más su alma herida, porque amar un alma rota  es un trabajo de amor, paciencia y valentía. Una mujer rota sabe  y puede amar de verdad, valorando cada detalle, cada acto, cada palabra, cada beso y cada abrazo. Porque una mujer rota es capaz de amar con un

Adictivos

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  El problema es que sin ti vuelvo a temerle a la soledad y odiaría volver a sentir en mi pecho ese cruel vacío... esa ansiedad que me provocaría el hecho de haberte perdido. Porque el problema, cariño, es que no imagino el presente y el futuro sin ti. Podrá venir diciembre con su ola de falso amor, repleto de mensajes fraternos donde la gente cambia  y no por convicción, sino por la manía constante de seguir a las masas... Y yo seguiré sentada, con los brazos cruzados, conteniendo las palabras encerradas en mis manos para no plasmarlas, fingiendo, como siempre que aquí, en mi submundo nunca pasa nada. En mi cabeza seguirá siendo noviembre, quizá el alcohol y el tabaco me consuman, y seré una vez más aquella extraña a quien el mundo juzga y señala, ocultándole a mi sabiduría la adicción y dependencia que me causas. Dalia Hernández © Derechos reservados 2020

Complementos

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Era un amor raro... Con suspiros lanzados como flechas al viento, que daban justo en el blanco, al igual que las palabras que fueron sembradas entre arena y espinas, sin embargo, contra todo pronóstico... florecieron. Era un amor tóxico que dolía y sangraba sin haber heridas... sin cortes que se infectaran. Y eran bipolares, de los que ríen llorando, de los que sufren a carcajadas con intervalos de lucidez en los que ambos, se extrañaban. Eran afines, mas no eran perfectos, eran poemas... eran momentos...  Eran ingenuos, improvisando en la actuación de sentirse complementos. Dalia Hernández © Derechos reservados 2020

Al menos fue lindo coincidir

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UYa puedes irte tranquilo, sé que no lloraré cuando te vayas pues entiendo que no mal gasté mi tiempo ni mi cariño y descubrí senderos que sólo pude haber descubierto contigo. Me hiciste caminar cuando quería permanecer estática, como figura de sal y no te asustaste cuando mi conducta fue errática. No te quedarás y yo pronto me iré... Sé que es lo mejor porque mi nivel de amor me permite verte libre, y ahora... muy probablemente también, lejos. La puerta de mi corazón de un tiempo a la fecha estuvo para ti abierta, quería que te quedaras y que fueras eterno... Hoy, te dejo ir. Dalia Hernández © Derechos reservados 2020

Sentimientos tóxicos

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Tú dependes de mí como yo dependo de ti conviviendo en una atmósfera de vientos tóxicos en la que, si no existes, me sería imposible subsistir. Eres como esa rama que se adhiere al árbol y lo absorbe sin marchitarlo, que no se va pero tampoco deja que dé sus frutos. Nos herimos y seguimos respirando a pesar de las heridas. Nos curamos y seguimos caminando... todo seguirá igual en nuestras vidas. Sólo contigo puedo tener esa toxicidad creativa, ese dardo de un cupido tuerto que le apunta a la razón para no dejarte... para quedarme a pesar de estar marchito el corazón. Dalia Hernández © Derechos reservados 2020

Un día

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Un día había desaparecido el miedo y desperté siendo otra... me dió igual perderte pues ya tenía en la mente la plena certeza de nunca tenerte. Un día toqué a tu puerta pero ya no había nadie en el interior y mis palabras chocaban contra tus paredes y mi voz fue desvanecida por el hoyo negro de tu silencio. Un día quise quererte, pero ya era tarde Y no es culpa de nadie las cosas son como son... siguen su curso igual que el agua. Tú, mi inspiración rota, recuerdo de mi pasado con 20 rostros y más de mil lenguas, con el nombre y el corazón  partidos por la mitad. Nunca sabré de quién fue el error... si tuyo, por aferrarte a un imposible o mío, por haberme enamorado de ese imposible,  demasiado tiempo... demasiado tarde. Dalia Hernández © Derechos reservados 2020

Usted

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 Yo sé que debería soltarlo, que la distancia entre nosotros es tan evidente, y ya lastima tanto que ni siquiera hay palabras que expliquen el dolor que me causaría dejarlo, un dolor de mil dagas que hoy acaban con la ilusión de alguno de estos días poder con mis manos tocarlo. Yo quise amarlo  como nunca lo han amado,  con la simpleza de mis palabras, con los besos más tiernos de mis labios, con la tempestad de mi inmaduro verano. Quise amar su otoño y acariciarlo no solamente con mis letras sino con mis anhelos, con mis sueños... con la ilusión de un futuro a su lado. Nunca entendió mi manera de amarlo, yo no lo quería para un día o unas horas... yo lo quería conmigo siempre, lo quería eterno... para pasar los días de lluvia abrazados, ingenuos, enamorados... Yo a usted lo amé con mi vida, con mi mente y con mis años, años que con gusto dediqué únicamente a amarlo, a admirarlo... Quise ser parte de sus madrugadas, ser el sol que le diera luz y calor a sus días, quise ser su inspiraci

Una en un millón

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Sin duda extrañaré tu brillo intermitente, duele pensar que es el final, que en esta línea temporal cada quien debe regresar a su sitio, justamente al lugar donde estábamos antes de que este drama diera inicio. Una en un millón fueron las posibilidades de encontrarte una y otra vez, en esta travesía nómada de mi paso por la vida, en mi afán por querer dejar  en tu camino, marcadas mis huellas. Sin embargo te encontré una, y otra, y otra vez... y sin querer me motivaste a seguir, y sin planearlo, hiciste que te extrañara, que te buscara... Como esa piedra con la que necesitaba tropezar, como esa pared con la que inconscientemente estaba predicho que fuera a chocar. Una posibilidad en un millón... y todo para que ahora me cueste tanto  darme a la tarea de olvidarte... Dalia Hernández  © Derechos reservados  2020

Extraño...

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Nunca podré comprender como entraste en la mitad de un corazón que ante la presencia mínima de una posibilidad de "amor" le daban ataques de pánico. podré comprender como entraste en la mitad de un corazón que ante la presencia mínima de una posibilidad de "amor" le daban ataques de pánico. Nunca entenderé  como llegué a amarte, a estremecer al sonido de tu voz, a respirar entre tus líneas y también, a suspirar por ellas. Nunca entendí como tatuaste tu nombre sobre mis labios sin necesidad de un rapto, pero en contra de mi voluntad. Nunca sabré  como desangraste mis venas sin dejarme respirar, ni dejarme morir, utilizando mi sangre para tus letras. Sin embargo extraño cada fragmento de ti, cada detalle tuyo que aprendí a amar aunque nunca tuve frente a frente tu mirar... Dalia Hernández © Derechos reservados 2020

Un poco de lluvia y un café

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Amanece con lluvia, con frío y en mi mente, tú, como pensamiento fijo, como llama que nunca se apaga Siempre estás en cada paso, en cada noche antes de dormir, en mi pensamiento primero... en los suspiros de mayo hasta enero y en las nostalgias de febrero a abril. Bebo mi taza de café, la he endulzado con tus recuerdos, le he añadido  un poco de tu voz, de tu risa,  de tus lejanas miradas  que siempre me calman, de tus palabras que inevitablemente me envuelven de la maldad del mundo y me estabilizan. Y te beso en cada sorbo intentando disfrutarte, intentando sentir tus manos que a través de mil kilómetros de una u otra forma entre versos me acarician. Dalia Hernández © Derechos reservados 2020

Un vicio

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Él fue y será, por mucho... el mayor de mis vicios, es la sustancia que necesito inyectar  diariamente en mis venas  para sentirme viva,  sus suspiros son lo que necesito  para sentir que respiro. Me hice adicta a sus palabras, a su mente, a su espíritu, a esa luz y esa energía que nunca encontraría en alguien más. Ilógico es el olvido si se trata de él,  mi cariño idílico, platónico, prohibido... Incalculable es el amor que le tengo,  por lo que fue, por lo que es, por lo que seguirá siendo en mi vida o después de mi muerte... dejando marcas para siempre  en mi rumbo y en mi destino. Él fue y será  la tinta negra de mis letras,  el nombre que dictan mis latidos,  el sueño de mi utopía...  El habitante de mi país de las maravillas. Aunque no somos... aunque no estamos... sin embargo, puedo jurarle,  sin temor a equivocarme,  que a nadie más podría llamar  "el amor de mis días". Dalia Hernández © Derechos reservados 2020

Puede ser que sí...

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Puede ser que sí,  que él era un desastre... Que no tenía orden, ni principio, ni fin, pero su caos era necesario para ordenar mi mundo y mis ideas. Puede ser que sí, que era como un abismo negro y muy hondo...  siempre con un halo de misterio, y yo amaba contemplarlo, amaba los matices de su oscuridad en los que siempre encontré para mí un poco de luminiscencia. Puede ser que sí, que esté completamente loco... Pero fue justo ahí en ese desorden mental donde me sentía realmente en casa, sin apariencias, sin máscaras, sin nada que ocultar. Puede ser que sí... que su cuerpo siempre estaría  muy lejos del mío, así como mi piel, de sus caricias... Pero él jamás estaría lo suficientemente lejos como para poder olvidarlo o dejar de amarlo, porque él siempre sería el amor de mis días... Dalia Hernández © Derechos reservados 2020

A lado mío

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Visita mis sueños esta noche, me hace falta saber que estás aquí, que nunca te alejas, que recostada en mi cama podré girar mi rostro a la derecha y te veré junto a mí. Besa mi frente con tus labios tibios, cobijame con esas miradas de otoño, protégeme con el calor de tu cuerpo y cúbreme con tus alas, del frío. Vayamos juntos a ese mundo onírico donde todo es perfecto, donde no existe distancia, donde podemos ser eternos. Ya no quiero que haya más nudos en nuestro hilo del destino... Toma mi mano y no me sueltes... necesito saberte aquí, a lado mío. Dalia Hernández © Derechos reservados 2020

Semejantes

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Somos similares... compartimos soledad y oscuridades, tenemos la melancolía tatuada por dentro de la piel, odiamos la injusticia, nos pesa la tristeza de algunos días,  Somos similares... compartimos soledad y oscuridades, tenemos la melancolía tatuada por dentro de la piel, odiamos la injusticia, nos pesa la tristeza de algunos días, sin embargo amamos el nuevo amanecer. Somos felices a nuestra manera, entendemos que no es necesario exhibir al exterior una sonrisa cuando por dentro, se lleva, cuando le tiendes una mano amiga a quien atrás se queda. Conectamos con la naturaleza, algo que pocas almas comprenden, nos perdemos volando  en el cielo infinito pero también  echamos raíces bajo la tierra. Nos fascina el arte en todas sus expresiones... imaginamos las esculturas  en constante movimiento, planeamos mudarnos a cuadros surrealistas donde no nos agobie el tiempo. Navegamos en olas musicales y escalamos montañas de poesía, nos sentimos inmersos  en una obra teatral como marionetas d

Lejanamente cerca

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A mí me gustaba él y era un hecho inevitable, por más lejos que quisiera  huir de su recuerdo, por más rápido que intentara escapar de esos ojos, de esas manos,  de esa sonrisa, de ese cuerpo... de su boca color ciruela que tanto moría por besar. Me resultaba hasta ilógico intentar olvidar el canela de su piel, y esa mente que siempre  revolucionaba mis ideas, esa mente que me motivaba a mirar el interior de mi ser. Y era también, incomprensible el hecho de amarlo tanto, el hecho de seguir esperando poder, algún día, correr a sus brazos y decirle lo mucho que lo he extrañado. Decirle que lo esperaba desde siempre, desde enero, desde noviembre, desde esos años en que no lo conocí... quería poder decirle  que no me importaba el dolor relacionado con el hecho de quererle. Es que era algo indecible, era como rayar en la locura lo que me provocaba su ausencia; sin embargo, era preferible para mí  mantenernos lejanamente cerca que darle el triunfo a la distancia.   Dalia Hernández © Derechos