Un vicio

Él fue y será, por mucho...
el mayor de mis vicios,
es la sustancia que necesito inyectar 
diariamente en mis venas 
para sentirme viva, 
sus suspiros son lo que necesito 
para sentir que respiro.

Me hice adicta a sus palabras,
a su mente,
a su espíritu,
a esa luz y esa energía
que nunca encontraría en alguien más.

Ilógico es el olvido si se trata de él, 
mi cariño idílico, platónico, prohibido...
Incalculable es el amor que le tengo, 
por lo que fue,
por lo que es,
por lo que seguirá siendo
en mi vida o después de mi muerte...
dejando marcas para siempre 
en mi rumbo y en mi destino.

Él fue y será 
la tinta negra de mis letras, 
el nombre que dictan mis latidos, 
el sueño de mi utopía... 
El habitante de mi país de las maravillas.

Aunque no somos...
aunque no estamos...
sin embargo, puedo jurarle, 
sin temor a equivocarme, 
que a nadie más podría llamar 
"el amor de mis días".

Dalia Hernández
© Derechos reservados
2020


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