Un día

Un día había desaparecido el miedo
y desperté siendo otra...
me dió igual perderte
pues ya tenía en la mente
la plena certeza de nunca tenerte.

Un día toqué a tu puerta
pero ya no había nadie en el interior
y mis palabras chocaban
contra tus paredes
y mi voz fue desvanecida
por el hoyo negro de tu silencio.

Un día quise quererte,
pero ya era tarde
Y no es culpa de nadie
las cosas son como son...
siguen su curso igual que el agua.

Tú, mi inspiración rota,
recuerdo de mi pasado con 20 rostros
y más de mil lenguas,
con el nombre y el corazón 
partidos por la mitad.

Nunca sabré de quién fue el error...
si tuyo, por aferrarte a un imposible
o mío, por haberme enamorado
de ese imposible, 
demasiado tiempo...
demasiado tarde.

Dalia Hernández
© Derechos reservados
2020


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