El ser amado que nunca se fue

Basta con cerrar los ojos para saber 
que el ser amado está a tu lado, 
que nunca se fue. 

Basta que unas gotas de rocío 
te recuerden el último beso, 
o los pétalos de rosa 
al toque de su piel.

Nunca se fue... 
En los días de luna llena, 
en la estrella de la tarde, 
en una mariposa o una linda flor...

En los poros de tu cuerpo, 
en los sueños de un bohemio... 
En el aroma de la habitación.

Dalia Hernández 
Derechos reservados
2018



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