En tres poemas lo olvido...

Las luces de la calle iluminaban
una ciudad exhausta 
que dormía en calma...

Yo me aferraba a los recuerdos
mientras algunas lágrimas
rompían el silencio
a causa de ese "alguien" 
a quien mis suspiros 
no llegaban por completo.

Fue así como la madrugada
se convirtió en su cómplice,
trayendo su recuerdo
en altas horas de la noche.

Qué irónico juego me puso la vida
justo a mí, que nunca me gustó el fuego,
puso frente a mí un par de ojos negros...
labios ciruela, sedientos de besos.

Ya no me importaba quemarme,
en el fondo deseaba
descender a sus infiernos,
seguramente sería
lo más cercano a tocar el cielo.

Pero mis letras no lo alcanzaban...
consideré no escribirle más,
mucho menos hablarle de amor...
aunque mis sentimientos por él
seguirían ahí, intactos, callados, 
sin fecha de caducidad.

Yo siempre estaría dispuesta 
a demostrarle con hechos mi cariño
en incontables abrazos y suspiros
a través de la distancia...
aproximadamente mil kilómetros, 
pero era mejor ya no pronunciar palabras,
no tenía caso, era todo en vano.

Sin embargo el corazón,
mi inspiración,
mis ojos, 
mi piel,
mi voz...
seguían insistiendo en amarlo,
porque era lo más cercano,
lo más parecido
a lo que yo consideraba amor.

P. D. En tres poemas lo olvido...

Dalia Hernández 
© Derechos reservados 
2018




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